El agua es un recurso indispensable para todos los seres vivos y la concientización de su importancia resulta un tema vital. Las actividades industriales, nos proporcionan muchos productos y empleos, pero también tienen ciertas consecuencias no deseables en el medio ambiente. Algunas fábricas vierten residuos que contaminan los ríos o suelos, pero esta no es la única contaminación posible del agua, también existe la contaminación biológica por hongos, bacterias y virus que pueden provocar algas, enfermedades y la proliferación de otras plantas acuáticas. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) consideramos que el agua está contaminada cuando su composición se haya alterado de modo que no reúna las condiciones necesarias para ser utilizada beneficiosamente en el consumo del hombre y de los animales.
En las aguas con contaminación biológica, ricas en materia orgánica de origen doméstico, proliferan organismos patógenos con capacidad de causar distintas afecciones incluyendo alergias, diarrea, tifus, cólera, entre otras. También son importantes otros organismos (oportunistas) que, aunque no se los clasifica como patógenos, potencialmente pueden producir enfermedades en personas con los sistemas de defensa reducidos.
El Código Alimentario Argentino (CAA) y sus modificaciones del artículo 982 de la ley 18.284 (2007), la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus Guías para la calidad del agua potable y otras normas internacionales, como las de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y, el Consejo Federal de Entidades Sanitarias (COF) establecen o recomiendan requisitos de calidad para el agua de consumo humano. En general, la normativa establece que el agua es apta bacteriológicamente para consumo si se encuentra exenta de microorganismos patógenos de origen entérico y parasitario intestinal.
Se describen a continuación algunos de los agentes biológicos y sus características principales.
Es un organismo que se replica a sí mismo en el interior de la célula que ataca y por si solo nacen y mueren, necesitando siempre una célula para infectar, crecer y evolucionar. Son realmente pequeños, no se les puede ver sin un microscopio electrónico. El virus más grande es de igual tamaño (más o menos) que la bacteria más pequeña (300nm). Hay básicamente tres tipos de virus: virus animal, virus vegetal y virus bacteriano y esta clasificación se basa en el tipo de célula a la que el virus tiende a infectar.
Son organismos más complejos que los virus y a diferencia de ellos son capaces de vivir, en un medio adecuado, sin la necesidad de un huésped para completar su desarrollo. Es de destacar la capacidad de elaborar esporas que presentan algunas bacterias. Las esporas no son más que formas de vida resistentes a condiciones adversas. Pueden resistir, durante años incluso, altas temperaturas, sequedad, falta de nutrientes, etc., recuperando su estado normal y capacidad infectiva al entrar en contacto con un medio adecuado para su desarrollo.
Los Hongos no son plantas ni animales, aunque se parezcan en algunas de sus características. Son formas complejas de vida que presentan una estructura vegetativa denominada. Esta estructura vegetativa surge de la germinación de sus células reproductoras o esporas. Su hábitat natural es el suelo, pero algunos componentes de este grupo son parásitos tanto de hombres y animales como de vegetales.
La presencia de microorganismos patógenos en el agua de bebida es un riesgo que se incrementa en las áreas marginales de mayor densidad poblacional o en zonas sin disponibilidad de agua potable. La seguridad de que un agua contaminada puede ser causal de enfermedades, ha conducido a la necesidad de controlar rutinariamente la calidad microbiológica de diversos orígenes.
Los controles rutinarios de la totalidad de los microorganismos hídricos, potencialmente riesgosos para la salud, resultan difíciles de llevar a cabo debido a la gran variedad de bacterias patógenas cultivables, a la complejidad de los ensayos de aislamientos y a la presencia en baja concentración de varias especies altamente agresivas, sin que el orden detallado indique prioridad. Por esta razón, los análisis bacteriológicos apuntan a la búsqueda de microorganismos indicadores de contaminación fecal y se centralizan en la cuantificación de coliformes. Este grupo está integrado por enterobacterias, siendo Escherichia coli el indicador universal de contaminación fecal.
El agua con contenido microbiológico, es muy difícil de tratar. Suele requerir la engorrosa dosificación de cloro que por otra parte es un elemento que daña la salud y genera un alto riesgo de provocar trihalometanos en el agua, los cuales son sumamente cancerígenos. Por otra parte, instalar un dosificador de cloro suele ser caro. En HIDROLIT implementamos tecnología de vanguardia para evitar este tipo de contaminación en el agua. Las membranas de UltraFiltración tienen una porosidad inferior a las 0,02 micras, lo que evita que pasen bacterias, quistes, algas y cualquier otro elemento de una porosidad superior.
Otra alternativa que suele utilizarse es el sistema de ósmosis inversa ROMI 100 que elimina de forma completa los contaminantes biológicos de todo tipo y tamaño como así también desmineraliza el agua por completo para luego de obtener casi H2O pura sin minerales. Luego de ello, pasa por una última etapa de “post mineralización”, con lo cual el agua es nanocristalina y óptima para el consumo humano. Aguas embotelladas de esta calidad en el mercado cuestan mucho dinero.
El Agua del ROMI 100 y Equipo Ultrafiltracion UF ZEN cumple con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, Insumos aprobados por Organismos Internacionales, NSF, Water Quality y Laboratorios de primera línea.