Cualesquiera sean los peces que tengamos en un primer contacto con la acuariofilia, todos nosotros debemos tener un conocimiento mínimamente detallado de los aspectos químicos (y biológicos, porque están íntimamente ligados) del agua que utilizamos y mantenemos en nuestros acuarios. De ella depende el bienestar de nuestros «huéspedes», siendo un factor condicionante de su reproducción y hasta del simple mantenimiento. En efecto, muchos peces toleran características del agua extremas, pero debemos distinguir la situación en que un pez se encuentra bien ambientado a las condiciones que le son ofrecidas (el que se refleja, de forma nítida, en su coloración, crecimiento, dimensiones alcanzadas y propensión a reproducirse) y la situación en que él sólo soporta (o sobrevive) en un medio que le es hostil.

Existen  valores referencia desde los que podemos partir, y observando el comportamiento de las plantas y algas, iremos afinando para conseguir una rutina de cambios de agua y abonado que nos proporcione la tan difícil estabilidad deseada.

El tipo de agua del suministro de la red puede utilizarse para acuarios ya que es agua potable, tratada para ser apta para su uso por parte del ciudadano, ya sea con fines higiénicos o de consumo. Por lo tanto también es apta para los peces, pero antes de usar el agua del grifo, debe realizarse una aclaración, ya que el agua de suministro de la red posee una determinada concentración de cloro, que para los peces, a la larga, puede ser un motivo grave. Por lo tanto debes tratarla previamente con equipos aptos para eliminar no solo el cloro sino también todos sus derivados como las cloraminas, trihalometanos, entre otros compuestos.

Hay dos reglas importantes a seguir:

1 – Se deben efectuar cambios de agua tan frecuentemente como sea posible, particularmente en el caso de acuarios pequeños, sobrepoblados o donde se efectúe una sobrealimentación.

2 – Los cambios de agua deben ser realizadas con moderación en lo que se refiere al porcentaje de agua cambiada, ya que se debe evitar cambios bruscos de la química del agua (a veces puede ser peor un cambio que mantener una agua vieja y ya ligeramente polucionada).

Características a tener en cuenta:

PH: El PH define cuanto de ácida es el agua, y depende de la cantidad de hidrógeno e hidróxilo disuelto. Con la adición de CO2, el valor del PH disminuye, por lo que hay que tenerlo siempre controlado, puesto que sus variaciones puede afectar a los peces.

-Dureza: La dureza temporal depende de la cantidad de carbonato disuelto en el agua. Este valor está ligado al PH, puesto que nos indica la capacidad de nuestra agua para regular el PH. A mayor concentración de carbonato disuelto, mayor capacidad tampón ante desiquilibrios de PH. Con respecto a la dureza total depende la cantidad de sales CA y MG que hay disueltas en el agua.

Nitritos y Nitratos: Los nitritos (NO2) aparece por la oxidación del amoniaco, como la segunda fase del ciclo del nitrógeno. Su presencia debe ser nula en el acuario, principalmente porque es muy perjudicial para la vida de los peces. Los nitratos (NO3) aparecen por la oxidación de los nitritos, como la tercera fase del ciclo del nitrógeno. Son muchísimo menos tóxicos que nos los nitritos, y forman parte de los macronutrientes que nuestras plantas necesitan para desarrollarse.

-Fosfatos: Los fosfatos (PO4) aparecen debido a la descomposición de los excrementos de los peces, la descomposición de las plantas y a través de la comida de los peces. Forman parte de los macronutrientes que las plantas necesitan para desarrollarse. La descompensación de la concentración de los fosfatos es la principal causa de la aparición de algas.

-Potasio: El potasio (K) es uno de los macronutrientres de las que las plantas se alimentan, y el único que no se produce en nuestros acuarios. Es por eso que normalmente, si no realizamos un seguimiento del agua y el abonado, siempre tendremos escasez de ese elemento, produciendo deficiencias en las plantas.

-Hierro: El hierro (FE) es principal valor de los micronutrientes que debemos controlar en el agua de nuestro acuario. A diferencia del resto de micronutrientes, nos conseguiremos su adición a través de los cambio de agua, por lo que necesitaremos añadirlo para conseguir una plantas más vigorosas. El exceso de hierro produce la aparición de algas, por lo que habría que tener especial cuidado con este elemento al adicionarlo a nuestro acuario.

Algunos consejos para el efectivo cuidado de los acuarios

  • Colocar un sistema adecuado de filtración: No ahorrar en la calidad. El filtro es el corazón de su acuario.
  • Adaptar la población de peces al tamaño de su acuario. Norma general: 2 l de agua por 1 cm de longitud de pez adulto.
  • No sobrealimentar los peces. Esparcir 1 hasta 2 veces al día. Lo mejor sería usar un alimentador automático.
  • Introducir suficientes plantas con rápido crecimiento.
  • Quitar periódicamente algas, restos muertos de plantas y otros desechos orgánicos.
  • Aspirar de vez en cuando el suelo del acuario con un aspirador de fondo.
  • Realizar cada 3 a 4 semanas un cambio parcial de agua, lo que significa que debe cambiar aprox. 1/3 del agua del acuario.
  • Limpiar el filtro cuando el caudal de agua baja considerablemente. Pero nunca al mismo tiempo que el cambio parcial de agua, sino siempre con diferencia de 1 a 2 semanas cuando el agua cambiada se ha adaptado.

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